Jueves 19 de Mayo de 2022

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DIARIO DIGITAL DESDE LA CIUDAD DE MÉXICO PARA TODO EL PAÍS Y EL MUNDO




Después de tres años del gobierno de la Cuarta transformación, podemos confirmar que, en efecto, estamos viendo una transformación en México.

Una transformación que se refleja en lo que hemos perdido y hemos aprendido en estos tres años.

Perdimos la capacidad para razonar y analizar. Esto, todas las mañanas escuchando explicaciones y razonamientos inverosímiles y falaces. Nos hemos acostumbrado a escuchar sin cuestionar. A aceptar como verdad la mentira, siempre y cuando venga del líder al que seguimos con fe ciega.

Perdimos la oportunidad de apoyar a las mujeres que necesitan una guardería o que necesitan un refugio para evitar ser violentadas.

Perdimos la empatía por la vida de miles de niños con cáncer que ya no reciben su tratamiento al grado de llamarlos y querer entenderlos come el “daño colateral” de una supuesta lucha en contra de la corrupción que nunca se comprobó.

Perdimos la capacidad de asombro de ver cómo en los hospitales no hay medicamentos para los mexicanos que más los necesitan.

Perdimos la capacidad de aceptar cualquier error, o cualquier crítica.

Hemos perdido el camino andado en la modernización de nuestra economía.

Hemos regresado a la glorificación de líderes farsantes empecinados en destruir las libertades y oportunidades en sus países.

Hemos comprobado cuán fácil es regresar al abuso del poder del Estado a través de la presión y cooptación de jueces y magistrados.

Nos hemos dado cuentas cuán frágiles son los procesos democráticos cuando se le permite al crimen organizado inmiscuirse en ellos.

Hemos perdido la esperanza de vivir en paz en cientos de comunidades que han sido tomadas por el crimen sin que el gobierno federal se interponga o defienda a los ciudadanos. Aprendimos que hay que arrodillarse frente a los criminales.

Hemos aprendido que aquellos que se autonombraban luchadores sociales, ya en el poder, no son más que simples seguidores repite-frases de quien esté arriba para que les permita mantener sus privilegios y poder lograr nuevas posiciones.

Aprendimos que no es necesario estar preparado para ocupar un puesto de alta responsabilidad en el gobierno. Tener cercanía al líder es el único requerimiento real.

La 4T efectivamente está transformando a México. Pero lo está transformando en un País que premia y reconoce la mediocridad, la mentira y la hipocresía.

La cuarta transformación de México es el reflejo del hombre que está al frente de su gobierno: mediocre, falso, y hundido en su propia ignorancia.

laloiturbide@gmail.com