Por: Consuelo Aguilar
Juan Pablo II fue el primer papa polaco en la historia, y uno de los
pocos en los últimos siglos que no nacieron en Italia. Su
pontificado de 26 años ha sido el tercero más largo en la historia
de la Iglesia católica, después del de San Pedro.
A siete años de su canonización, San Juan Pablo II, el Papa
"viajero", es aún considerado uno de los líderes más influyentes del
siglo XX y el más querido de la fe católica.
Y es que, asistido por casi 150 cardenales y mil obispos de todo el
mundo, el Papa Francisco ofició misa y seis mil sacerdotes
asistieron en la comunión de más de 800 mil feligreses llegados a
Roma para presenciar la canonización del hoy santo Juan Pablo
Segundo, el 27 de abril de 2014.
La emotiva ceremonia fue seguida por más de dos mil millones de
personas en todo el mundo, por televisión con la misma fe y emoción
que ocurrió en sus visitas alrededor del mundo.
La televisión fue un gran enlace para dar a conocer los mensajes que
el Papa Juan Pablo II, en su momento, llevó a la grey católica
–muchas veces en su propio idioma-- en sus viajes al igual que para
difundir su tan esperada canonización.
De esta forma, los beatos San Juan XXIII –quien fue canonizado la
misma fecha-- y San Juan Pablo II quedaron inscritos en el Libro de
los Santos. San Juan XXIII, “el Papa de la docilidad al Espíritu
Sant”, y San Juan Pablo II, “el Papa de la familia”.
Ante dos Pontífices vivos Francisco y el Papa emérito Benedicto XVI,
la ceremonia se realizó por rito simplificado en alrededor de dos
horas, en la que uno de los momentos más importantes fue cuando se
presentó ante el altar una jeringa con sangre de Juan Pablo II, que
portó la costarricense Floribeth Mora.
Precisamente por ella fue posible la canonización gracias a la
aprobación del milagro que recibió por intercesión de Juan Pablo II,
después de ser beatificado.
Floribeth, quien reside en Tres Ríos de Cartago, fue curada de un
aneurisma cerebral cuando ya estaba desahuciada por sus médicos,
precisamente, porque se encomendó a San Juan Pablo II.
Sin embargo, para que una persona sea beatificada si bien es
necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión,
para que sea canonizado, es necesario un segundo milagro. Y ocurrió.
Ese segundo milagro fue atribuido a la intercesión de San Juan Pablo
II en la inexplicable curación del mal de Parkinson de una monja
francesa, Sor Marie Pierre-Simon.
Como el Papa viajero, durante su pontificado realizó 129 visitas
pastorales fuera de Italia, la última al Santuario de Lourdes en
agosto de 2004; 146 visitas pastorales en Italia, la última al
santuario de Loreto, el 5 de septiembre de 2004.
Recorrió más de un millón kilómetros, lo que representa casi 29
veces la vuelta a la Tierra y casi tres veces la distancia entre la
Tierra y la Luna, por lo que es considerado el Papa más viajero de
la historia con 133 países visitados, la mayor parte de los cuales
recibieron por primera vez a un Pontífice.
En sus viajes se dirigió a los fieles en italiano, francés, alemán,
inglés, español, portugués, ucraniano, ruso, croata, esperanto,
griego antiguo y latín, así como su natal polaco.
Beatificó a mil 340 personas y canonizó a 483 santos. Escribió 14
encíclicas, 13 exhortaciones apostólicas, 11 constituciones
apostólicas, 42 cartas apostólicas y 28 Motu propio.
Juan Pablo II acercó a la Iglesia a América Latina. A punto de
partir por primera vez hacia la región, en enero de 1979, el Papa
dijo que salía para postrarse ante la Virgen de Guadalupe mexicana y
"poner en sus manos el futuro de la evangelización en América
Latina", que aún hoy concentra cerca de la mitad de los católicos en
el mundo.
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